Lo Relevante de las Actitudes

Debemos estar muy atentos en lo que representa dentro de nuestro desarrollo personal, el saber manejar las actitudes. Todo lo que somos, y todo lo que podemos llegar a ser, ha sido, definitivamente, dejado a nosotros para elegir…

En el mismo momento en que está leyendo estas palabras, su actitud ha determinado
lo que es usted.
Su entusiasmo, su intensidad, la fe en usted mismo, la paciencia con usted mismo y con otros, y la emoción infantil acerca de su futuro ilimitado es el resultado de una simple palabra: actitud.

Es irónico que una de las pocas cosas sobre las que tenemos control es sobre nuestras propias actitudes, y aún así la mayoría de nosotros vive la vida entera comportándose como si no tuviera ningún control.

Debido a nuestra actitud, decidimos leer o no leer.
Por nuestra actitud, decidimos intentar o darnos por vencidos.
Por nuestra actitud, nos culpamos a nosotros mismos por nuestros errores, o culpamos tontamente a otros. Nuestra actitud determina si amamos u odiamos, decimos la verdad o mentimos, actuamos o posponemos, avanzamos o retrocedemos; y por nuestra propia actitud, nosotros, y sólo nosotros, decidimos si tendremos éxito o fallaremos.

De alguna manera, los humanos estamos dentro de un gran esquema gobernado por un poder que algunos pocos, si es que alguno, entendemos.

El hombre viene de algún lugar, que su inteligencia existió en alguna parte, antes de venir a este mundo.
Creo que su inteligencia individual, su misma existencia, vivió en alguna parte, creciendo, aprendiendo, tratando, fracasando, y teniendo éxito, pero siempre creciendo.

Si nuestro resultado es tres o es diez en esta esfera terrestre, es solamente un paso, en algún plan metódico de eterna progresión, donde, de alguna manera, seguiremos avanzando hacia una nueva vida que seguirá o retrocederá.
Y allí veremos a aquellos que amamos, quienes avanzaron antes que retroceder, pasar por encima de nosotros hacia una nueva conciencia, y una mejor comprensión de las cosas.

Quizás esto es lo que “el infierno” y la “maldición” deben ser.

Imaginen la agonía de descubrir que estábamos siendo “probados”, sin estar conscientes, y en lugar de un crecimiento personal duradero, una conciencia más profunda, una nueva comprensión, elegimos la promiscuidad, la desidia, el reproche y la vida fácil.

Nuestra eterna condena será la conciencia del valor del amor y la honestidad, y muchas otras virtudes humanas positivas existentes, que nuestros seres amados poseen, quienes desde ahora y para siempre, estarán más adelantados en la progresión eterna.

Y ya no podremos hablar, tocar, besar, expresar emoción… pero, deberemos siempre estar conscientes de su existencia, aunque ellos no estarán conscientes de la nuestra.

A medida que leo, pondero y especulo sobre la gente, sus hechos y su destino, me convenzo cada vez más que es nuestro destino natural, crecer, tener éxito, lograr prosperidad, y encontrar la felicidad mientras estamos aquí. (De: Carlos Mora Vanegas)

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